Parada final
Hace un mes decidí coger un tren que no sabía si era cómodo o si me llevaría a ese lugar al que siempre soñé... Puedo sentir el calor de caminito a la estación, los veintisiete grados, el peso del equipaje, la preocupación por empezar ese viaje en solitario como si fuera ayer y...Si me paro a pensar, casi ya ha pasado un mes. Recuerdo que estaba llena de miedos e inseguridades, me preguntaba: ¿Es este tu tren? ¿Seguro que quieres cogerlo? ¿A qué estación te lleva? Admito que, antes de tomar una decisión, valoro qué es lo bueno y lo malo que puede conllevar; pero tengo que admitir que siempre he estado muy segura de que este tren quería cogerlo. Fue a las cuatro de la tarde, pero el billete ya lo había comprado en septiembre -me gusta planificar las cosas y en este caso era más que necesario-. En septiembre sentí la emoción de comprar mi billete y empecé a plantearme las preguntas que he dejado arriba... La verdad es que el viaje ha sido muy ajetreado, con muchas prisas porque pensé que